La Mirilla espía a Fernando Ramírez

Actor, cantante, cómico, imitador, un cúmulo de talento y miles de personajes en una sola persona. Teatro, televisión, radio, shows en vivo. En el presente y hace muchos años reside en Buenos Aires, pero es oriundo de la tierra del sol y del buen vino Mendoza.

Pero ya que fue tan amable de permitirnos espiarlo, le preguntaremos a él algunas cositas.

1-L.M: ¿Cuándo descubriste este talento en vos?

Ramírez: Creo que descubrí que iba a ser humorista y cantante desde muy chico. Jugábamos a la pelota en el barrio y cuando parábamos un rato me pedían por favor que les contara una película, que fue un poco la esencia de lo que fue el dúo humorístico “Stan y Lasky”. Mis amigos se ponían alrededor mío y mientras yo iba contándoles de manera cómica con ruido, saltando, haciendo todo en cámara lenta etc. se morían de la risa. Creo que ahí me empecé a dar cuenta de que hacía reír y empecé a hacer después shows donde el público era mi familia y les cantaba, hacía humor, magia, música… Luego fue en la escuela de teatro cuando una de las profesoras que era Natacha Anzorena me dijo que yo me tenía que dedicar de lleno al humor porque tenía una especie de humor natural que debía explotarlo.

2-L.M: ¿Qué significó Stanislavsky y “Stan y Lasky” en tu vida? ¡Que no es la misma cosa!

Ramírez: El primero fue un método que creo que trate de adaptarlo a lo que yo ya venía haciendo, lógico que la escuela de teatro me dio herramientas también para hacerlo mejor. El segundo que fue mi dúo fue el puntapié inicial para poder lograr todo ese delirio, toda esa locura que rondaba en mi cabeza y todo lo que yo había mamado mirando películas desde chico y tarde o temprano iba tener que salir de alguna manera. Busqué un método muy extraño que era hacer un dúo, quizás por mi admiración a Jerry Lewis que trabajaba con Dean Martin, pero funcionó de tal manera que en toda Latinoamérica se transformó en una especie de humor distinto y así nos llamaban: el dúo del humor diferente o los que cuentan películas.

3-L.M: ¿En qué momento de tu vida decidiste jugarte y partir hacia Buenos Aires?

Ramírez: Ya veníamos coqueteando con Buenos Aires con El dúo y también con salsa blanca cuando volvimos de Europa, pero nos vinimos casi definitivamente con Daniel Aye en el año 96 para hacer televisión con Juan Alberto Badía en Badía y compañía y teatro en el teatro Astral con José Luis Gioia y Hugo Varela. Y por mi lado yo escribía y dirigía también revistas y Teatro de variedades. Así es como hice una revista con Corona, el festival del chiste de Susana, etc. En el año 2001 fui convocado a trabajar en Videomatch y ahí ya me quedé a vivir definitivamente en Buenos Aires.

4-L.M: ¿Qué te resulta más liberador, cantar, actuar o hacer tus fantásticas imitaciones?

Ramírez: En realidad mis amores son cantar, actuar y escribir. Lo de imitar surgió por una necesidad de Video/Showmatch. Quizás la vibración más fuerte me la provoca cantar porque es una especie de liberación del cuerpo y del alma, pero también sentir que la gente se está riendo sin parar de alguna situación que yo generé es como cuando un futbolista hace un gol. La imitación me puso en un lugar de popularidad a la que quizás me hubiera costado llegar con más tiempo.

5-L.M: ¿Qué significa la sincronicidad en la vida para vos, y en que momentos pudiste confirmar que existe?

Ramírez: Creo que la synchronicity es algo fundamental en la vida. Me sucedió muchas veces principalmente con cosas con las que yo me proyecte y en las que yo sentí que era el momento en que sucediera. Yo sabía que iba a trabajar con Tinelli, yo sabía que iba estar en el festival de Viña del mar, yo sabía que me iba ganar un Martín Fierro. Quizás la synchronicity de las cosas en tiempo y espacio y con gente fundamental hizo que eso sucediera.

6-L.M: ¿Cuál consideras el momento más feliz de tu vida? Y el que más te hizo aprender, que no siempre es el mismo.

Ramírez: Indudablemente, y esto no es un lugar común, el momento más feliz de mi vida fue cuando nació mi hija. Pensé que iba a ser algo poderoso, pero creo que superó mis expectativas. Fue como el Big Bang. Y el momento que más me hizo aprender fue exactamente el mismo. Aprendí en un segundo cuál era el amor perfecto y que de ahí en más tenía una razón para vivir más fuerte que mi profesión.

7-L.M: Has hecho muchísimas imitaciones y todas espectaculares, en orden de prioridad nos contás a tu criterio ¿cuáles son tus mejores diez?

Ramírez: No tengo orden de prioridades, pero me trajeron mucha satisfacción el negro González oro, Evo Morales, Luciano Pavarotti, Jorge Lanata, Ricardo Montaner, Cacho Castaña, Luis juez, Hugo Chávez, Mercedes Sosa, Andrea Bocelli.

8-L.M: Sabemos que vivimos tiempos raros en estos días de cuarentena y en tu trabajo es perjudicial, pero generas contenido en las redes ¿por dónde podemos seguirte?

Ramírez:Si, genero contenido en mis redes y es también una plataforma donde puedo seguir mostrando mis delirios. Instagram es en este momento donde me siento más cómodo para trabajar y es @framirezok

9-L.M: Por último, ¿pensás que el humor te ayudó a ver con otros ojos la realidad que vivimos?

Ramírez: Sin duda que es así. El humor es una lente que cambia la realidad de todas las cosas y las transforma en algo que podemos digerir. El humor hace que una guerra pueda verse distinta como en La vida es bella o El gran dictador, y de la misma manera hace que esta pandemia que estamos viviendo y la cuarentena a la que nos hemos tenido que someter sea más liviana y no nos enloquezca.

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