HOY ESPIAMOS A VIOLETA TORBELLINO
Hoy nos subimos a las alturas para alcanzarla y preguntarle algunas cosillas a Violeta Torbellino.Artista en general y payasa en particular!
-L.M: Obviamente lo primero que se me ocurre preguntarte es ¿por qué Torbellino? Aunque habiendo visto en alguna oportunidad tu show puedo imaginarlo.
-Violeta: De más está decir que es una palabra con la que mi payasa se identifica. Torbellino tiene una energía arrasadora, desbordante, intensa e inmensa. También podría asociarse con la acrobacia aérea, la altura y la cantidad de volteretas y acrobacias realizadas en trapecios, cuerdas, elásticos y demases aparatos en la mayoría de mis espectáculos. Pero la verdadera razón es que fui bautizada.
Dice la tradicion payasa que a lxs payasxs debe bautizarlxs otrx payasx y así fue. Hace muuuchos años, en la década de los 90´, junto a Tomate y Pablito armamos un numerito para presentar en “noche de miércoles” que era un espacio de varieté muy under en el que muchxs de nosotrxs experimentábamos y probábamos cosas. Era un número de swing con antorchas con un tema cubano, “La Candela”, rematado con una catarata de chistes machistas a cargo de los muchachos. Claramente eran otras épocas, épocas de otro tipo de humor, épocas de Moria, Olmedo, de programas del tipo “las gatitas y ratones de Porcel”. Yo hasta ese momento venía laburando en teatro, haciendo personajes y en el circo venía trabajando en esa línea también, por supuesto la destreza característica del circo, pero a la hora de ponerla en un espectáculo buscaba hacer algo más teatral, meterle personajes; ya hacía algo de comicidad, pero mi payasa aún no había aflorado para ese entonces… Así es que cuando los chicos me preguntaron como quería que me presenten, les dije: ¡Violeta! ¡¡El huracán de La Boca!! en alusión al ritmo tropical y los divertidos nombres que se ponían sus intérpretes. Fue en ese momento que Tomatito sin saberlo aún, le puso nombre a mi futura payasa. –¡Violeta Torbellino, el huracán de La Boca! Dijo, y me gusto tanto que lo incorporé a partir de ese momento y para siempre. Siempre las cosas tienen un lado positivo, creo que en este caso fue mi bautismo, de hecho, fue lo único memorable que me dejó ese número. Juas!
-L.M: Y te pido que nos cuentes, en orden de importancia para Violeta ¿cuál es tu formación, tu pasión y tus deseos?
-Violeta: Wou! Muy abarcativa la pregunta. En cuanto a la formación, si es en orden de importancia, supongo que lo más importante es donde encontré este hermoso camino, a pesar de que en algunos casos el nivel de enseñanza no fuera de lo mejor. Mucha gente reniega de sus orígenes, no es mi caso y si bien fui muy autodidacta valoro mucho a la gente que me mostró este mundo.
Si bien mi primera experiencia escénica fue con “Los Amantes de La Boca” murga que armamos con un grupo de pibes del barrio en el año 1992, me formé artísticamente dentro del Grupo de Teatro Catalinas Sur. No tuve una formación tradicional, me formé haciendo, investigando, intercambiando y creando colectivamente. Con Catalinas hice mis primeras funciones en teatros y en la plaza, aprendí a andar en zancos, a hacer muñecos, escenografías, bailar tango, a cantar, a ensamblar percusión, un poco de todo. En paralelo a ese proceso descubrí el circo, conocí a mis primeros amigos malabaristas y de forma autodidacta comencé a indagar en la acrobacia aérea con aparatos que no se utilizaban para ese fin. Organizaba fiestas tematicas y hacíamos performances, ahí hice mi primer número de altura. Cuando vi la cara de susto de mis amigos abajo me decidí a tomar clases de trapecio, jajaja. El único trapecista que conocía hasta el momento, el Mono Silva, había decidido empezar a dar clases y con el arranque. Luego conocí a los hermanos Videla de la Escuela de Circo Criollo que en ese momento funcionaba en el Sindicato de Actores y me metí de cabeza.
Mis dos escuelas madres fueron Catalinas y el Criollo, sin dudas, ahí forjé mi identidad teatral, cirquera y popular. Después tomé clases Circo con todos los que encontré, eran épocas donde la información escaseaba y además se mesquinaba bastante, todavía se trasmitía de generación en generación, era muy difícil que te pasen data y había muy pocos enseñando; aprendíamos mucho investigando, mirando videos y tratando de imitarlos. Así que a medida que fui descubriendo nuevos maestros entrené con ellos y también viajé al exterior a formarme con maestros especializados. Los que más me marcaron fueron Pablitín (Pablo Rutkus) que me abrió un nuevo universo de vuelos y lonyas, Alain Veilleux un instructor canadiense de trapecio del Du Soleil que me voló las chapas con la técnica y la pedagogía, y Arturo Budding un gran instructor de gimnasia deportiva que no te discriminaba por tu edad y le terminamos llenando el gimnasio de “viejos”.
Mi pasión fue siempre el trapecio, en todas sus formas… pero sobre todo a vuelo y con elásticos. Volar me apasiona. Esa libertad, ese viento en la cara, ese momento de vacío antes de la caída, esa adrenalina, esas sensaciones no tienen comparación con nada más.
Otra gran pasión, quizás mas potente, porque involucra al otro, es hacer reír. Hacer reír no solo me apasiona, sino que además me provoca una inmensa felicidad. El disfrute del otrx me da mucho placer y la conexión que se genera en escena cuando esto sucede es maravillosa. Y algo mas que me apasiona, aunque no se si viene al caso, es viajar. Y mas aún viajar con mi trabajo y poder llevar mis espectáculos a lugares donde estas cosas no suelen llegar.
Quizás ahí es donde la pasión conecta con el deseo. Mi deseo es poder hacer lo que me gusta y vivir dignamente de ello, pero además que lo que haga tenga impacto en la comunidad, que cumpla una funcion social, que transforme, que interpele y que a la vez sea disfrutable.
-L.M: ¿Por qué elegiste lo circense?
-Violeta: La verdad no elegí el circo, nunca imaginé este destino. Fue el circo el que me encontró, se metió en mi vida casi sin darme cuenta y la tomé por completo. Cuando quise acordar se había transformado en mi forma de vida. Siempre me atrajeron las artes populares, tradicionales, con raíz, y el circo lo es. Además, se amalgama perfectamente con todo lo demás… la murga, el teatro popular, la comedia, la música, el baile, y hasta el fileteado porteño (otro de mis berretines artísticos); y en la mixtura de todas estas artes se genera un lenguaje único y cargado de identidad.
-L.M: Cuando yo vi tu show en una plaza, lo primero que pensé es ¿“Qué va a hacer una mujer y encima sola para hacernos reír” ?, claro fue cuando todos pensábamos que las mujeres etc etc etc, jajajaj. Pero te cuento que me saqué el sombrero al terminar tu espectáculo. Y aquí la pregunta ¿Alguna vez sentiste el peso de ser mujer payasa?
-Violeta: Lo que pensaste vos es lo primero que piensan todxs. ¡Y si! es un peso muy grande porque además de lo difícil que es para cualquiera armar y producir un espectáculo, lograr trasladarlo, conseguir donde hacerlo y montarlo; por el solo hecho de ser mujer ya empezaste menos 10, teniendo que demostrar que a pesar de tu género podés hacer cosas interesantes y hasta juntar gente, e inclusive hacerla reir. No estoy diciendo nada que no sepan, pero las mujeres tenemos que trabajar el triple que los hombres para lograr la mitad. Además, la calle es un ambiente muy ostil, pero también muy machista y no te digo nada hace 27 años atrás. Fue muy duro llegar hasta acá, fue un arduo camino y al día de hoy todavía es muy difícil lograr que te respeten siendo mina y sola, sobretodo en la calle.
-L.M: ¿Qué te ha enseñado viajar en tu camioneta por tantos lugares?
-Violeta: Que cada día puede ser un nuevo comienzo. Cuando estás viajando empezás cada día, cambiás de lugar, de gente…. La incertidumbre de no saber cómo y dónde te puede agarrar el mañana, te obliga a conectar con el presente y a vivirlo. Además, te demuestra lo chiquitos e insignificantes que somos y es un buen ejercicio para el ego. Un día podés estar triunfando en un anfiteatro para mil personas y al siguiente en una esquina con 5 espectadores deslomándote para conseguir algunos más y poder empezar el show. Esto también pasa en la vida pero viajando es más común y evidente. Viajar te fortalece, te da herramientas para adaptarte y para sobrevivir. Te expone a situaciones de todo tipo, algunas maravillosas, otras incómodas, y otras adversas y angustiantes; y tenés que enfrentarte a ellas si o si, no podés escaparles. Es un crecimiento muy grande. También te abre mucho la cabeza, te muestra diferentes formas de vida, diferentes culturas y miradas. Es muy enriquecedor.
-L.M: En estos momentos especiales que vive el mundo entero, ¿cómo haces para llegar con tu arte itinerante a la gente?
-Violeta: Lamentablemente no lo hago, tengo algunos videos de espectáculos subidos al canal de YouTube, pero eso es todo. Acá donde vivo ahora no hay buena conexión a internet así que no estoy haciendo nada en vivo por la red. Además, considero que este momento es una oportunidad para conectar con unx mismx, reflexionar y hacer un laburo interno y me gustaría no interferir con eso, no distraer. Estoy esperanzada de que cuando esto termine hayamos reflexionado tanto que logremos disernir, ver las manipulaciones a las que nos somete el sistema y despertar la conciencia, la unidad y la solidaridad, y que a partir de esto seamos mejores personas, con nosotrxs mismos, con lxs otrxs y con el planeta que en definitiva es nuestra casa.
-L.M: ¿La capacidad de improvisación que tienes en tus shows a lo largo del tiempo, la has podido aprovechar para la vida real?
-Violeta: Supongo que sí, aunque en general en la vida real soy bastante más lenta.
-L.M: En esta época de gran reivindicación de la mujer, ¿en qué postura has estado a lo largo de esta evolución social?
-Violeta: Siempre del mismo lado. Cuando era chica jugaba al fútbol y me encantaba. Eso fue hasta que entré a la escuela ahí empece a ser “mujer” con todos los condicionamientos que eso implicaba. Supongo que por eso hasta que fui mamá (que fue super joven a los 16 años) lo que yo quería era ser hombre. Pero esto, no tenía que ver con una identidad de género sino con las libertades y privilegios que ellos tenían, jugar a la pelota, volver a cualquier hora, tener relaciones con quienes quisieran sin que nadie los juzgue por eso, en fin, no voy a seguir enumerando porque sería interminable. A lo que voy, es que en mi infancia ya identificaba lo injusto de las desigualdades de género, a pesar de no haberlo racionalizado. Así fue, que de chica intenté hacer todo como si no fuese “mujer”, después al encontrarme con la maternidad conecté con lo femenino de otra manera, ¡pero seguí siendo igual de rebelde jajaja!
-L:M: ¿Qué es Sudaka Circus?
-Violeta: Sudaka Circus es el nombre de la Compañía con la que vengo trabajando desde 1995. Es un grupo de teatro independiente y autogestivo. No solo funcionó como grupo de teatro, también como productora de espectáculos y eventos. Con Sudaka Circus nos presentamos en infinidad de espacios, parques, salas, escuelas, cárceles, villas de emergencia, eventos empresariales, y hasta cine, televisión y publicidad; de todo hemos hecho a lo largo de estos años. Realizamos 8 espectáculos con dramaturgia, producción y dirección propia; por lo menos 36 giras entre nacionales e internacionales en las que nos presentamos en casi todas las provincias argentinas, en Uruguay (donde ya realizamos 6 giras), Chile, Brasil, Venezuela, Perú, México, País Vasco y España (récord con 10 giras). También participamos de 57 Encuentros y Festivales Internacionales, trabajamos para el Misterio de Cultura y el de Educación de la Nación, dictamos talleres, trabajamos en programas de inclusión social y muchas cosas mas. Imaginate en 25 años todas las cosas que se pueden hacer.
-L.M: ¿Cómo se ve la vida colgando de una tela?
-Violeta: ¡Creo que la tela es el único aparato de altura que no me gusta, jajaja! Así que solo hice números de tela cuando fue impresindible, ya sea por necesidad escénica o económica.
¡Pero te puedo contar como se ve la vida desde el aire…Se ve Igual jajajaja! Pero con una perspectiva diferente. Creo que este tipo de actividades, al igual que viajar, te obligan a estar presente, habitando el aquí y ahora. Conectando con el disfrute, pero también con tus miedos y limitaciones.