«MONONOS», muñecos tejidos con mucho amor…
Empezó hace cuatro años tejiendo pulpitos para bebés prematuros. Desde entonces no ha parado de crear pequeños muñecos utilizando una técnica japonesa de crochet conocida con el nombre de “amigurumi”. “Es un estilo de crochet pero los puntos son mucho más chiquititos”, explica, desde Puerto Esperanza, Gabriela Aguirre, la creadora de Mononos, nombre que lleva el emprendimiento que hoy ocupa sus horas y la llena de satisfacción porque sabe lo que sus muñecos significan para sus pequeños destinatarios

“Pongo mis emociones cuando tejo, hago esto con mucho amor”, cuenta Gaby y revela que descubrió el tejido hace poco, cuando se planteó arrancar con la iniciativa porque “en realidad, no sabía tejer crochet, pero me lo propuse y aprendí”. Recuerda que empezó con este proyecto en un momento en el que sentía la necesidad de hacer algo por el otro y que fue entonces cuando conoció el trabajo que realizaban las mujeres de la Asociación “Abrazos de pulpitos”. “Esas mujeres tejían pulpitos para los bebés prematuros y así los ayudaban a mejorar su calidad de vida durante su estadía en las terapias de neonatología”, explica. Efectivamente, hay estudios que demuestran que los tentáculos recrean el cordón umbilical y que en contacto, el bebé logra bajar el estrés y esto ayuda con su recuperación.
“Me contacté con esas mujeres de Buenos Aires y me enseñaron cómo debía ser la confección de los muñecos, porque al tratarse de bebés prematuros hay una serie de cuidados en cuanto a los materiales que se usan como así también al tamaño que deben tener los pulpitos”, relata.
Ese fue el puntapié inicial. Al tiempo empezaron a llegar los pedidos. Primero desde el servicio de neonatología del Samic de Eldorado, luego desde clínicas de la ciudad de Posadas. Al poco tiempo, a los pulpitos se sumaron otros animalitos para bebés y niños más grandes y lo que había nacido como una iniciativa solidaria dio lugar a un emprendimiento. Enseguida Gaby entendió que había un mercado para transformar su hobby y su solidaridad en una salida laboral. Y fue así como nació Mononos, la marca con la que hoy comercializa sus creaciones.
“Ahora hago todo tipo de muñecos tejidos, animalitos y personajes”, cuenta Gaby y agrega, sin embargo, que los pulpitos siguen estando entre sus prioridades y que siempre se hace un huequito para seguir ayudando a los bebés prematuros y a sus familias.
Hoy hay Mononos en distintos puntos del país y el “boca en boca” y las redes sociales han sido los canales de propagación. “Mis muñecos han viajado a Mar del Plata, Rosario, Córdoba, a distintas provincias de la Argentina” cuenta orgullosa y recuerda que, incluso, el Mono Leo llegó a Tecnópolis. “El Mono Leo fue un muñeco que me encargaron los alumnos de la EPET 18, de Esperanza, para un trabajo de feria de ciencias. El muñeco, mediante un sistema que los alumnos le incorporaron en su interior, ayuda didácticamente a personas no videntes en el proceso de alfabetización, les ayuda a aprender braille”, explica.
Para los meses que vienen Gabriela tiene muchos pedidos por entregar. “Estoy con muchos encargos pero voy manejando el tiempo”, dice resaltando la gran ventaja de ser emprendedora independiente al poder articular su rol de mamá, las tareas del hogar con su pasión y su trabajo.
Gaby se animó y descubrió un mundo mágico que le permitió iniciar un gran emprendimiento impulsada por la pasión y el gusto por lo que hace.
Si querés tener tu Mononos podés conactarte al (03757) – 535133 o por Instagram.