El jardín vertical en la arquitectura
El estudio F.S.B Arquitectos de Puerto Esperanza nos sugiere tendencias para construir mejor y de modo sustentable en cualquier lugar del mundo en el que vivamos.
Históricamente los jardines han sido parte importante dentro de un proyecto. Durante siglos el hombre ha intentado mantenerse cerca y conectado con la naturaleza, con lo verde. En Oriente la historia se remonta a China, desde donde fue exportado a la vecina isla el arte del jardín japonés. En Occidente, especialmente tras la aparición de las ciudades, el jardín fue la forma más racional y abstracta de hacerlo. Los antiguos jardines romanos son un ejemplo de ello. Luego surgieron nuevas formas, como la geometrización de la naturaleza en Versalles o la controlada libertad en el pintoresquismo inglés.

En el siglo XX, Le Corbusier en sus ¨cinco puntos para una nueva arquitectura¨, propone un techo-jardín en el que la cubierta se transforma en un lugar accesible y además posee propiedades que ayudan a proteger la losa de hormigón frente a los cambios de temperatura exterior.
En el último tiempo han aparecido varios edificios en que la vegetación es tratada como un material más, pero ¿cuál es la novedad?
Que ahora han abandonado el plano horizontal(donde se ha desarrollado históricamente) para empezar a conquistar el plano vertical. Ya no se trata solo de enredaderas trepadoras, si no de verdaderos jardines o pieles verdes que van modificando el paisaje urbano.

El jardín vertical representa un conjunto de propiedades plásticas, estéticas, sensoriales y climáticas, que en un contexto global por la búsqueda de la eficiencia energética, lo convierten en uno de los recursos más explorados por la Arquitectura contemporánea.
Propiedades ambientales:
– Oxigena y purifica el aire de manera natural
– Optimizan la captación de contaminantes del aire
– Funciona como aislante, son absorbedores acústicos
– Reducen el efecto isla de calor (por evapotranspiración)
– Reducen hasta 5 veces la temperatura interior de un edificio en verano
– En una fachada de un edificio de 4 plantas (60 m2) puede filtrar al año 40
toneladas de gases nocivos
Además, la verticalidad de una masa verde posee otros efectos espaciales que trascienden sólo el hecho de embellecer y termorregular un ambiente. Expertos afirman que puede producir efectos psicológicos positivos como reducir el estrés y generar una sensación de bienestar.

Especies y expresión
Como los jardines verticales existen ya en la naturaleza, sin la necesidad de una Arquitectura, es necesario antes de diseñar un sistema para su crecimiento, revisar aquellas especies que efectivamente crecen de manera vertical. Hacer esta revisión, significa no sólo optar por aquellas especies trepadoras idóneas para el clima, la zona y la orientación específica, sino que ayuda a definir una expresión arquitectónica, ya que dependerá de las especies escogidas y sus características morfológicas, colores y texturas, el aspecto de la piel que se quiere lograr.